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Foto del escritorGeyssell de Viaje

Restaurando la Virginidad en Nauplia (Grecia 1ra. Parte).

Actualizado: 23 jul 2022



Vista de la base de la Acrópolis, con el templo de Atenea en el fondo. En las paredes que protegen la ciudad cuna de la democracia viven millones de pajaritos diminutos y nadie más.

¿A quien no el gusta la mitología?, El único lugar donde los humanos somos Dioses y no porque alcanzáramos nosotros la perfección, sino porque aquellos prefieren ser como nosotros. Mi hija se llama Venus, tiene 8 años, y acaba de parir 2 cachorros pastor alemán divinos: Zeus y Hera. El, el Dios de Dioses, con la mas fértil imaginación para poseer a las mortales, con y contra su gusto. Ella, la abnegada mujer, perdón quise decir Diosa, pues lo la era y lo es aun si crees en la mitología griega, pues los dioses no mueren.


Pero Zeus probaba de todo y aun así volvía, lo que deja el poder de perdonar en ella. A final de cuentas, es mil veces peor que te dejen como en canción de reggaetón a que vuelvan de rodillas. Una pregunta natural es porque volvía Zeus?, que sabe Hera que no se yo? y de eso se habla relativamente poco o nada en la vasta literatura sobre mitología griega. Yo supongo que la razón por la que Zeus volvía era esta: Como bien se sabe, Hera conocía y utilizaba de forma anual la fuente, el manantial o cañada, donde al bañarse se restauraba su virginidad en un rito anual. Siendo, como parece ser, desvirgar un placer exquisito para los hombres y los dioses, Hera ya no era, valga la redundancia, simplemente la vieja que se quedó en el palacio por la eternidad, aguantando infidelidades en escala infinita. No, Hera es la única que, sin fingir, podía saber y no saber al mismo tiempo sobre los matices de la carne y esa mezcla debe ser explosiva.



Por supuesto que vine a Grecia a buscar la tal fuente. Pausanias la ubica cerca de Nauplia, a unas horas desde Atenas, así que pasé primero por la Acrópolis rindiendo pleitesía en el templo de Atenea. La mala noticia es que ambos están en ruinas como podrán ver por las fotos. La buena noticia es que ha sido así desde prácticamente siempre. Y son tan hermosos en ruinas como nidos gigantescos para los millones de pajaritos que hacen casa entre sus piedras. En el templo de la diosa que da nombre a Atenas, que pre data a Jesucristo, traté de alinear las estrellas para mi mega lanzamiento de la madre de las compañías: La virginidad embotellada. Un arma nuclear en la vida amorosa de la gente. Easy Money. Solo meto la agüita en la botella, la rotulo y la vendo a los millones de sedientos. Solo una cosa puede ocurrir después: Apártate Evian, chau Perrier, que ya a nadie le interesa beberse los Alpes cuando existe agua Geyssell de Viaje que te pone como nueva de paquete? Pero no pudo ser. La fuente de la Virginidad para siempre, sin importar el millage, resulto ser mas bien, no como un riachuelo, sino como fuente de parque olvidado. Peor aun para mis propósitos: estaba seca. Pero salvé los muebles: Al filo de esta placita está el océano. Pude bañarme y así retener por un año la esperanza de no haber venido en vano.



Diferentes dioses ponderaron mi castigo por desnudar el mito, y este fue implacable e inmediato: El trabajo requería que navegara súbito al siguiente destino: Santorini. O sea, la parte de La Atlantis que esta arriba del agua.


(Fin primera parte)

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